¿Cómo hacer un discurso? 11 trucos y consejos

¿Cómo hacer un discurso? 11 trucos y consejos

Hac­er un buen dis­cur­so es un ver­dadero arte que hay que tra­ba­jar y, sobre todo, preparar. Ya sea un dis­cur­so de boda, un dis­cur­so políti­co, un dis­cur­so cor­po­ra­ti­vo o para cualquier otra ocasión, es impor­tante saber cómo hac­er un buen dis­cur­so para cap­tar la aten­ción del públi­co y trans­mi­tir tu men­saje de for­ma clara y efi­caz.

Aquí tienes algunos con­se­jos para dar un dis­cur­so impac­tante y acer­ta­do en cualquier situación.

Índice

    1. Conoce a tu público

    Antes de empezar a escribir tu dis­cur­so, es impor­tante que conoz­cas a tu públi­co. ¿Cuál es la edad media del públi­co? ¿Se tra­ta de un grupo pro­fe­sion­al o de una reunión más infor­mal? ¿Cuáles son los intere­ses de tu públi­co? ¿Es públi­co de una con­fer­en­cia, una feria o exposi­ción?
    Si cono­ces a tu públi­co, podrás adap­tar tu dis­cur­so para que les resulte más ade­cua­do e intere­sante.

    2. Definir el objetivo del discurso

    Los obje­tivos de un dis­cur­so te ayu­darán a definir la línea a seguir a lo largo del mis­mo. ¿Qué quieres que el públi­co se lleve de tu dis­cur­so? ¿Cuáles son los prin­ci­pales men­sajes que quieres trans­mi­tir? ¿Se tra­ta de una pre­sentación infor­ma­ti­va o quieres per­suadir a tu públi­co para que pase a la acción en relación a tu nue­vo pro­duc­to o ser­vi­cio? Már­cate obje­tivos por cat­e­gorías (comu­ni­cación, com­er­cial, mar­ca per­son­al, etc.) y dis­eña tu dis­cur­so en con­se­cuen­cia.

    3. Estructurar el discurso

    Un buen dis­cur­so debe ten­er una estruc­tura clara y lóg­i­ca. Puedes estruc­turar tu dis­cur­so en tres partes: la intro­duc­ción, el cuer­po del dis­cur­so y la con­clusión (inclu­i­da una posi­ble lla­ma­da a la acción). Es fun­da­men­tal empezar a escribir en cuan­to ten­gas las primeras ideas en la cabeza, ya que estas ideas espon­táneas sue­len ser las mejores para un dis­cur­so bien pen­sa­do y nat­ur­al.

    La intro­duc­ción tiene que cap­tar la aten­ción del públi­co y dar­le una idea de lo que ven­drá después. El cuer­po del dis­cur­so tiene que con­tener la infor­ma­ción prin­ci­pal que quieres trans­mi­tir, y la con­clusión ha de resumir los pun­tos clave y sin­te­ti­zar los men­sajes más impor­tantes que has abor­da­do en tu dis­cur­so.

    4. Materializar los ejemplos

    Para que tu dis­cur­so sea más intere­sante y mem­o­rable, uti­liza ejem­p­los con­cre­tos para ilus­trar lo que quieres decir. Los ejem­p­los con­cre­tos per­miten a tu públi­co visu­alizar lo que quieres decir, hacien­do que tu dis­cur­so sea más claro y fácil de recor­dar. Pueden ser anéc­do­tas de tu vida per­son­al o pro­fe­sion­al, ref­er­en­cias a acon­tec­imien­tos de actu­al­i­dad, etc.

    5. Utilizar transiciones bien pensadas

    Todo buen dis­cur­so se com­pone de tran­si­ciones bien pen­sadas y cor­rec­ta­mente eje­cu­tadas. Las tran­si­ciones son fras­es o pal­abras que enlazan las dis­tin­tas partes del dis­cur­so. Estas per­miten al públi­co seguir el hilo de la his­to­ria y com­pren­der mejor la relación entre las dis­tin­tas partes. Cada tran­si­ción debe uti­lizarse con un propósi­to especí­fi­co, como intro­ducir un nue­vo tema, pasar de un tema a otro, reca­pit­u­lar un pun­to o anun­ciar la con­clusión.

    6. Elementos de presentación para un buen discurso

    Para que tu dis­cur­so sea más dinámi­co y atrac­ti­vo, uti­liza ele­men­tos de pre­sentación tradi­cionales como grá­fi­cos, vídeos, imá­genes, dia­pos­i­ti­vas de Pow­er­Point sen­cil­las y lig­eras, etc. Esto te ayu­dará a estruc­turar tu dis­cur­so y a que tu audi­en­cia siga el hilo de tu pre­sentación.

    7. Ensayar mucho sin memorizar

    El tra­ba­jo es el mejor ami­go del ponente y el ene­mi­go de la inspiración. Es impor­tante plan­i­ficar, entre­narse y, sobre todo, ensa­yar el dis­cur­so con fre­cuen­cia. Sin embar­go, ten cuida­do de no mem­o­rizar todo el tex­to, ya que esto podría jugarte una mala pasa­da si tienes lagu­nas durante tu dis­cur­so. Tam­bién porque deja poco mar­gen para la espon­tanei­dad, la orig­i­nal­i­dad y la nat­u­ral­i­dad en la pre­sentación.

    El públi­co nece­si­ta una inter­ac­ción espon­tánea, que le dé la impre­sión de que estás impro­visan­do y no de que todo está planea­do. Mem­o­rizar los dis­tin­tos com­po­nentes del dis­cur­so, inclu­idas las artic­u­la­ciones, y la capaci­dad de enlazarlas entre sí, requiere prác­ti­ca diaria.

    8. Lenguaje claro y sencillo

    Es impor­tante uti­lizar un lengua­je claro y sen­cil­lo para que el públi­co pue­da enten­der fácil­mente los men­sajes clave del dis­cur­so. Evi­ta uti­lizar jer­ga téc­ni­ca o pal­abras com­pli­cadas, a menos que te diri­jas a un públi­co espe­cial­iza­do (temas políti­cos, cien­tí­fi­cos, tec­nológi­cos, etc.). Además, adap­ta tu semán­ti­ca a la edad media de los pre­sentes. Cuan­to más se ajuste tu dis­cur­so al per­fil del públi­co, más prob­a­bil­i­dades ten­drás de que tu pre­sentación ten­ga éxi­to y sea escucha­da.

    9. Captar la atención del público durante el discurso

    Una vez en el esce­nario, la tarea de pro­nun­ciar un buen dis­cur­so es com­ple­ta­mente dis­tin­ta. De hecho, ten­drás que enfrentarte a doce­nas o inclu­so cien­tos de per­sonas delante de ti, cuyos ojos estarán fijos en ti. La mira­da tam­bién es un ele­men­to cru­cial para cualquier ponente a lo largo de un dis­cur­so. Crea interés y una conex­ión con tu públi­co. Nun­ca cen­tres la mira­da en un pun­to del cen­tro del espa­cio, sino hacia los lados. Por últi­mo, inten­ta jugar con tu lengua­je cor­po­ral para lle­gar a más per­sonas del públi­co cuan­do trans­mi­tas los men­sajes más impor­tantes de tu dis­cur­so. Esto es espe­cial­mente impor­tante en el caso de un dis­cur­so políti­co o com­er­cial para pro­mo­cionar un pro­duc­to o ser­vi­cio.

    10. Tener confianza y entusiasmo

    La con­fi­an­za y el entu­si­as­mo son ele­men­tos clave de un buen dis­cur­so. Tu acti­tud gen­er­al se refle­jará en la reac­ción de tu públi­co. Si afrontas el comien­zo de tu dis­cur­so con entu­si­as­mo, con­fi­an­za y sin estrés, es más prob­a­ble que el públi­co te escuche y se interese por tu dis­cur­so. De ahí la impor­tan­cia, una vez más, de preparar­lo, no de apren­der­lo de memo­ria.

    11. Una conclusión que deje huella

    Por últi­mo, la con­clusión del dis­cur­so debe ser espe­cial­mente impac­tante y causar una bue­na impre­sión final en el públi­co. Resume sus pun­tos clave de for­ma con­cisa y con­cluye en un tono pos­i­ti­vo e inspi­rador. El públi­co ha de ten­er un resumen de los pun­tos clave de tu dis­cur­so y ser capaz de encon­trar los men­sajes prin­ci­pales que has ido trans­mi­tien­do a lo largo del mis­mo. Por últi­mo, no olvides agrade­cer al públi­co su asis­ten­cia y estar abier­to a pre­gun­tas y respues­tas.


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