Dar un discurso emotivo es un reto para muchas personas. Ya sea para una boda, un funeral un cumpleaños, un evento profesional o una ceremonia de graduación, es importante saber captar la atención del público, cautivarlo y transmitirle las emociones adecuadas en el momento oportuno. Como ya te habrás dado cuenta, esto requiere preparación, sobre todo si el evento significa mucho para ti y la espontaneidad no es lo tuyo.
Para ayudarte a estructurar y preparar tu discurso emotivo, aquí tienes algunos consejos y trucos.
Índice
1. Definir el mensaje clave que quieres comunicar
El mensaje clave de tu discurso es el elemento más importante si quieres emocionar a tu público. Tu mensaje clave ha de ser claro y estar definido desde el principio. Esa es la razón principal por la que estás haciendo este discurso. Antes de hacer nada, hay que aclarar algunas cosas y responder a una serie de preguntas, como:
- ¿Qué mensaje o mensajes quieres transmitir a tu público?
- ¿Cuál es el objetivo de tu discurso? ¿Cuál es el contexto del evento?
- ¿Qué entonación utilizar?
- ¿Cómo sensibilizar a tu público desde el principio de tu discurso?
- ¿De cuánto tiempo dispondrás para elaborar tu discurso? ¿Tienes que ser conciso o tienes tiempo para expresarte a tu antojo?
- Etc.
Tómate el tiempo necesario para definir tu mensaje clave y asegurarte de que tu discurso es suficientemente coherente, está bien construido y, sobre todo, es emotivo.
2. Adaptar el tono y el discurso al público
Adapta el tono y el lenguaje al evento y al público. No hablarás igual en una boda que en una fiesta de cumpleaños, por ejemplo. Además, elige palabras sencillas y claras para que tu mensaje sea comprensible para todos.
No obstante, puedes utilizar expresiones más técnicas y precisas cuando te dirijas a un público de expertos y si el evento en cuestión se presta a ello, pero ten en cuenta que todo el mundo tiene que ser capaz de entender lo que tienes que decir.
Asimismo, el tono de tu discurso debe ser lo más apropiado posible para tu público, la situación y el contexto del evento en cuestión. Cuando un compañero de trabajo se jubila, por ejemplo, el tono tiene que ser una mezcla de humor y nostalgia.
3. Utiliza anécdotas para personalizar tu discurso
Para que tu discurso sea aún más personal y llegue al público, considera la posibilidad de incluir anécdotas personales. Las anécdotas son historias personales que te permiten añadir vida y dinamismo a tu discurso. Utilízalas para ilustrar tu mensaje clave, pero no abuses de ellas. Elige anécdotas que se relacionen directamente con el tema de tu discurso.
4. Evita los clichés
Los clichés son expresiones o ideas prefabricadas que no aportan valor a tu mensaje. Evítalos todo lo que puedas y utiliza frases sencillas y sinceras. Un discurso emotivo es ante todo un discurso preparado y personal que refleja tus pensamientos y tu personalidad. Si de verdad quieres llegar a tu público y afianzar los mensajes que has definido previamente, evita los tópicos y los lugares comunes sin valor añadido.
5. Ensaya tu discurso
Como en todos los discursos, la preparación es la clave del éxito. Ensaya tu discurso varias veces para asegurarte de que no se te olvida nada, de que lo pronuncias con la suficiente soltura y, sobre todo, de que transmites tus mensajes con emoción. Evita, sin embargo, aprenderlo de memoria, para mantener la naturalidad y la espontaneidad.
6. Introduce pausas en tu discurso
Introducir pausas en un discurso suele ayudar a subrayar la última palabra y su entonación, lo que facilita que llegue al público. Estos momentos de silencio te permiten marcar los momentos más destacados de tu discurso. También dan a la audiencia más tiempo para pensar en lo que acabas de decir. Utilízalas sabiamente para dar impacto a tu discurso.
7. Observa atentamente a tu público
El contacto visual también es una parte importante de un discurso emotivo. Mira a tu público a los ojos para crear una verdadera conexión emocional, especialmente en los momentos clave de tu discurso. También puedes fijarte en las personas que parecen más receptivas a tu discurso. Esto te permitirá transmitir tus emociones con mayor intensidad y seguir la sensibilidad de tu público. Si ves que la audiencia no es muy receptiva, puedes intentar adaptar el resto de tu discurso con palabras con mayor peso y una entonación más sorprendente.
8. Concluye con emoción
La conclusión del discurso es tan importante como la introducción. Tiene que causar una impresión duradera y transmitir una fuerte emoción a tu público. Resume tu mensaje clave y añade un toque personal que emocione a tu público y haga que tu discurso sea memorable.
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