Esta palabra inglesa quiere decir literalmente «sin efectivo». ¡Una definición un tanto incompleta para un concepto que se puede materializar de tantas formas!
Puede que no lo sepas pero ¡el cashless no es cosa de ayer! A finales de los años 50, la empresa francesa Club Med implantó su propio sistema de pago, el «collier-bar» (literalmente, collar-bar): un collar compuesto por bolas de diferentes colores (cada color tenía asociado un valor) y que servía para pagar en los diferentes puntos de venta de sus ciudades de vacaciones. La idea era facilitar los pagos y ludificar el proceso, mientras reducían la circulación de efectivo en sus complejos hoteleros. Así, los clientes podían pagar sus consumiciones sin problema incluso desde la piscina, sin salir del agua y, lo más importante, ¡sin sacar la cartera! ¡Un sistema práctico a la par que divertido!
NO TODO PAGO DESMATERIALIZADO ES IGUAL
El término cashless, «sin efectivo», se utiliza para designar tres tipos de sistemas:
- El uso de terminales de pago electrónico (TPV – Terminal Punto de Venta): las tarjetas bancarias, tanto las tradicionales como las «sin contacto», son formas de pago sin efectivo aceptadas en la gran mayoría de eventos. Además, hoy en día, se puede pagar en este tipo de terminales incluso con el smartphone o reloj, a través de ApplePay o Google Wallet. Si nos ceñimos a esta definición, ¡el cashless está en todas partes!
- La implantación de una moneda propia: los tokens o los tiques de bebida se pusieron muy de moda a finales de los años 2000 y ofrecían una primera respuesta a los problemas de seguridad de los flujos de caja y del recuento de efectivo.
- La implantación de una moneda propia a través del pago NFC: con un funcionamiento, para el asistente, parecido al de los tokens (puntos dentro del recinto en los que realizar el cambio), la tecnología NFC supone una desmaterialización de la moneda propia y abre un montón de nuevas posibilidades online (seguimiento de las consumiciones en tiempo real, recargas online…).
Cuando hablamos de cashless, la definición que nos interesa es la última.
MÁS ALLÁ DE LOS PAGOS
Implantar el cashless en un evento es mucho más que crear una moneda propia y un sistema de pago lúdico.
La naturaleza tecnológica del cashless NFC es la excusa perfecta para tener cajas registradoras en todos los puntos de venta del evento. ¡Toda una revolución! Antes del cashless, había que hacer un despliegue de cientos de cajas con efectivo (muchas veces cajas de madera o de plástico) y docenas de TPVs. Y había que encargar la recogida de todo el dinero en efectivo a personal de seguridad, para evitar posibles robos… Claro que, además de todo lo relacionado con la seguridad, hay que tener en cuenta que esta forma de gestionar el dinero era muy poco precisa y no permitía hacer un seguimiento detallado de las ventas.
El término «cashless» no hace justicia al sistema que representa, ya que es más el germen de un ecosistema digital en ciernes que un simple sistema de pago. Mirar al cashless desde la perspectiva exclusiva de los pagos es un acercamiento muy pobre, vistas las posibilidades de uso que ofrece la tecnología NFC.
El cashless, a fin de cuentas, también es una herramienta de comunicación, igual que lo era el collar del Club Med. La creación de una moneda propia refuerza el sentimiento de pertenencia de los asistentes, además de ser un punto más de interacción con ellos.
No nos pierdas de vista, ¡te iremos desvelando los secretos del cashless!
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¡Nos vemos por weezevent.com!